¿Casualidad o causalidad?
La pandemia puso fin a la carrera de muchos deportistas de élite, quienes dejaron su huella en la historia de su correspondiente deporte. ¿Y ahora?.
Este año atípico para la humanidad opacó la despedida de muchos deportistas de alto rendimiento. Aquellos quienes en algún momento supieron captar las luces del mundo del deporte, hoy quedan relegados de una despedida acorde a su carrera.
Los futbolistas Fernando Gago (34), Javier Mascherano (36), Gaston Fernandez (37); o la tenista Silvia Soler (33), son solo algunos ejemplos de los retiros forzados o no, durante este polémico año, 2020.
Que pasará por la psiquis de aquellos que no vieron más luz en esa llama del amateurismo al momento de decir “basta”. Y sin más, dejar el deporte que tantas alegrías y tristezas les generó a lo largo de sus años activos. No dejemos de lado que, a pesar de sus extensas carreras, siguen siendo jóvenes para la vida por fuera de su profesión.
El deporte de alto rendimiento fue el total de su vida a lo largo de su infancia, adolescencia y principios de adultez. ¿Y ahora? La vida...
Muchos son los casos que requirieron ayuda psicológica dada la falta de motivación o el conocimiento básico a la hora de encarar el día a día de una vida adulta y responsable. Ayuda que no siempre cumple su objetivo y las consecuencias suelen ser terribles, caso Julio Toresani, entre otros.
Y de pronto, un día ordinario termina siendo extraordinario dentro de una rutina familiar que, por lo largo de una carrera profesional, se acostumbró a una dinámica diaria totalmente diferente. “Sos un cuerpo extraño dentro de una dinámica que habitualmente durante 20 años no existía.” Señala Sebastián Dominguez (futbolista).
“El sentimiento que más relatan los deportistas es el de vacío. De repente tienen que ocupar un tiempo que antes tenían perfectamente milimetrado: desayuno, entrenamiento, físico, entrenamiento, comida, partido... De repente tienen ese tiempo libre y nada les llena como les llenaba el deporte”. María Dolores González (psicóloga deportiva).
Las federaciones tanto como el Estado y el equipo/familia que forman parte del entorno de los deportistas retirados, suelen pasarse la posta de responsabilidad ante estas situaciones de crisis que, sin ella, puede terminar de manera fatídica. Crisis de las cuales no sólo son psicológicas; los problemas económicos suelen ser extremadamente severos.
Un estudio elaborado por la fundación inglesa XPro, reveló en 2013 que tres de cada cinco futbolistas de la Premier se arruinan en los primeros cinco años después de su retirada y que uno de cada tres rompe su matrimonio antes del primer año jubilado. Alrededor de 150 ex jugadores de la Liga inglesa han pasado por prisión.
En el año 2019, La AFA y Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), presentaron un fondo de retiro para los futbolistas, que contemplará además a las profesionales de la Liga femenina. Quizás, sea el primer paso, para una futura estabilidad y cuidado por sobre los futbolistas retirados.
¿Será una problemática a reveer, para otras federaciones? ¿A nivel global, sucederá lo mismo, con aquellos deportistas, que hoy no ocupan las tapas de los medios masivos?
