DEPORTES

Siempre he considerado al Entrenamiento como una ciencia de doble fundamentacion: por un lado de apoyatura Humanístico/Pedagógica y por otra de claros considerandos Biológicos.
Esto hace del Entrenamiento un trabajo fascinante y complejo; repleto de Leyes y Principios que deben interactuar relacionadamente para el logro de un producto exitoso: la perfomance.

La fascinación por el hecho de que deportistas con planes de trabajo extremadamente diversos sean capaces de lograr tiempos (resultados) casi idénticos, me lleva a preguntarme sobre las sutiles diferencias que existen en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la anatomía, la fisiología del ejercicio, la biomecánica, la psicología, etc.

"Quienes se aferran a la práctica sin ciencia, son como el piloto que entra en un barco sin timón ni compás y nunca está seguro de hacia donde se está dirigiendo". Leonardo da Vinci.

El saber entrenar es sobre todo un arte, y como artista el entrenador debe poseer dos atributos.
El primero es el instinto creativo, esa unión de aptitud y pasión que le capacita para convertir los sueños de su deportista en realidad. El atleta, impelido a expresarse dentro de un mosaico social, escoge el hacerlo así, a fin de alcanzar excelencia competitiva en su práctica.
El entrenador crea, para tal expresión, orden y dirección.
El segundo atributo es el dominio técnico de los instrumentos y materiales empleados; donde el deportista es el instrumento y la materia prima con que el entrenador trabaja.
Estructuralmente, es un sistema de palancas, al que se le da movimientos mediante la tracción muscular, obediente a las leyes de la física.
Funcionalmente, es una integración dinámica de sistemas adaptativos.
Pero por encima de todo, es un ser racional.

Un jardinero que trabaja para aumentar la belleza de una planta, lo hace sobre la base de su conocimiento, del comportamiento del jazmín bajo ciertas condiciones.
El entrenador puede aventajar al jardinero en el hecho de que el atleta, a diferencia de la planta, puede percibir la totalidad del ambiente, racionalizar las situaciones, comparar el presente con el pasado, predecir las consecuencias de las acciones y adaptar rápidamente su comportamiento dentro de su marco personal de estado anímico, motivaciónal y espiritual.

A primera vista, la participación activa del deportista hace que el trabajo del entrenador parezca más simple que el del jardinero. A fin de cuentas, “dos cabezas son mejor que una”.
Pero la infinitamente variable compleja del “comportamiento”, que puede ser el resultado, de incluso una sencilla adaptación al ambiente del deportista, confirma la extraordinaria complejidad del arte de ser entrenador. Este debe comprender con claridad el propósito de cada práctica y su importancia en relación con el conjunto del programa de preparación, pero considerando al deporte como una parte de la vida de un ser en crecimiento y cambio.
(continuará ...) 

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