En las últimas horas se confirmó que Sergio Hernández seguirá como entrenador en jefe del Seleccionado Nacional. De esta manera, el bahiense dirigirá su tercer Juego Olímpico.
Una noticia que no sorprende pero al mismo tiempo genera mucha satisfacción entre los amantes de la Selección y del Basquetbol Argentino en general.
El proceso tiene como objetivo el próximo Juego Olímpico a desarrollarse en Tokio entre el 25 de Julio y el 7 de Agosto (competencia de Básquetbol), pero más allá de dicho objetivo, la continuidad de “Oveja” confirma un proceso de trabajo que mantiene distintos matices prometedores y que brinda muchos beneficios para nuestro deporte.
"Me da mucha felicidad y tranquilidad haber acordado la continuidad hasta Tokio 2021. Era algo que me ilusionaba que suceda y ahora que está de manera oficial lo puedo decir con mucha alegría", comenzó diciendo Oveja. "El hecho que se haya atrasado un año poco altera la idea del plantel, los jugadores serán evaluados con la misma idea. Para ver el lado bueno, les dará más experiencia a jugadores más jóvenes por el paso de un año. El parate de la pandemia afecta a todos por igual, no estaremos en desventaja con nadie", concluyó el entrenador argentino.
Destacable noticia que confirma la continuidad de un entrenador que potenció siempre la idea de juego de la Selección Argentina. Muchísimas cosas positivas se suelen destacar de la labor de Sergio Hernández al frente de la Selección, quisiera focalizar una sola y tiene que ver con un tema siempre mencionado y potenciado, luego de la lógica salida de la Selección de la mayoría de los jugadores emblemáticos de la Generación Dorada. ¿Podrán surgir baluartes o jugadores tan importantes como aquellos que formaron parte de dicha generación? Pregunta recurrente de los seguidores y no tan seguidores del Basquetbol.
La respuesta se empezó a contestar, y vaya de qué manera el año pasado, al conseguir el Sub Campeonato Mundial de Basquetbol China 2019. No quiero detenerme en semejante resultado (seguramente analizaremos ése mundial en otro de nuestros encuentros), pero si quiero destacar como se fue desarrollando el proceso de transición, y en este caso tan positiva, que tuvieron los jugadores de la Selección que consiguieron el logro el año pasado, sumándole además la calidad de juego que tuvo nuestro equipo en el torneo.
Este hecho destaca a “la oveja”. Se está logrando dicha transición generacional de forma natural, sin exigencias ni presiones hacia los jugadores. Muchos jóvenes que viven actualmente y tienen proyectado un gran futuro competitivo, al verlos jugar parecen adaptados no solo a los sistemas, sino a la idiosincrasia, formas y “carácter de selección”, cualidades tan destacadas en los campeones Olímpicos.
Pareciera que todo fluye de manera natural, pero en realidad es mérito absoluto de Sergio Hernández y su equipo de colaboradores. Los jóvenes además de aprender, notan el respaldo, se permiten arriesgarse porque el entrenador lo permite. Los suelta y se consigue la mejor versión de cada uno, defienden cada pelota como la última, se esfuerzan y se comprometen con la idea, respetan la idea de juego. En síntesis creen en su entrenador.
Esta adaptación acompañada además con tan buenos resultados nos llena de esperanzas en seguir disfrutando de un equipo que para el público general parecía terminado, pero que en realidad, gracias al trabajo y al reconocimiento como éste, que convalidan el trabajo de nuestro entrenador en jefe, nos hace ilusionar nuevamente en que la Selección Argentina de Basquetbol vuelve a no tener techo.
Lic. Gonzalo Pereira
Fuente: UCUweb, Nota C.A.B.B